Mírame
Ángel
mío,
aun
dormida,
presiento
que me miras.
Has
tendido tu ala,
sobre
mi cuerpo desnudo,
cobijándome,
como
un ave a sus polluelos
a
los que protege de todo mal.
Clavas
tu mirada en mi rostro,
como
si fueras un escultor,
que
ha de tallar,
a
su musa sobre un mármol,
para
inmortalizarla.
Observas
cada curva,
cada
arruga,
cada
detalle,
mientras
tu ojos,
cada
vez se iluminan mas,
brillando,
como
las luciérnagas en la noche.
Mientras
tanto,
yo
duermo feliz,
sin
pesadillas que enturbien mis sueños,
ni
fantasmas en forma de sombras,
que
merodeen,
por
las paredes de la alcoba.
Se
que eres,
el protector de mis noches y mis días,
de
mis silencios,
de
mis secretos,
de
mis miedos constantes,
incluso
de ese corazón latente,
que
prende fuego con tan solo imaginarte.
Ángel
mío,
mírame,
hasta
que mis sueños,
alcancen
el horizonte,
así
sabré que jamás,
dejaras
de contemplarme.
Mª
Amparo@todos los derechos reservados.
Hola, no puedo dejar de felicitarte por lo hermoso de tu decir, me encanta como escribes aun lo que no dices.. mis felicitaciones
ResponderEliminarSaludos