lunes, 15 de abril de 2013









Viajando por su cuerpo 



En el crepúsculo de la noche,
cuando el silencio,
colapsa en su totalidad la alcoba
y las luces de las farolas de la acera,
reflejan en su cama.

Saca a pasear su mirada,
contemplando a su amada,
como si su cuerpo,
fuera un valle de hermosura,
profundo y placentero para recorrer.

No necesita sus pies,
ni sus manos,
ni tan siquiera equipaje.

Tan solo le bastan sus ojos,
para apreciar y sentir la belleza,
de cada rincón,
de cada pliegue,
de cada poro.....
perdiéndose en el camino,
pero a su vez,
sin querer encontrar el sendero de vuelta.

Queriendo disfrutar cada segundo,
con la tentación de tocarla,
de besarla,
de poseerla a la vez,
que escucha ese respirar profundo y sereno,
que llega hasta su alma.

La ama tanto,
que intentara dormir,
reprimiendo sus deseos para no despertarla y no romper,
el encanto que la noche le ha regalado.

Mª Amparo@todos los derechos reservados.

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