martes, 14 de octubre de 2014

Muriendo de amor






Muriendo de amor



Sentado el abuelo,
en su vieja mecedora,
sobre la mesa,
esa botella de vino medio vacía y en su mano,
esa copa llena,
que le ayuda a llevar su pena.

Frente a él,
la fotografía,
de la mujer que le acompaño toda una vida,
una vida llena de penas y alegrías,
pero llena de amor.

Una mujer,
que supo ser su amiga,
su amante,
su esposa,
la madre de sus hijos.....

Se golpean todos los recuerdos,
en un mismo pensamiento,
esos,
de aquellos años felices,
que se marcharon para siempre.

Mira sus manos arrugadas,
esas que tantas caricias le  regalo,
esas que tantán veces,
entrelazo con las suyas.

Manan del corazón,
esas lágrimas,
que llegaran a sus ojos,
siguiendo el camino,
hasta llegar a su alma.

Porque añora todo de ella,
sus risas,
sus palabras,
sus miradas,
hasta ese perfume,
que hasta el último momento lo embriago.

Le diría tantas cosas nunca dichas,
pero….
tan solo encuentra,
la soledad de su ausencia.

Siempre juntos,
sin separarse ni un solo instante,
pero se marchó a emprender,
ese viaje,
del que nadie ha sido capaz de volver.

Se aferra a su copa ya vacía,
con la esperanza,
de volverla a llenar,
pensando en que un día se volverán a unir,
para brindar juntos,
por tantos momentos de felicidad.

Mientras tanto,
seguirá contemplando su fotografía,
roto de dolor,
roto de angustia,
muriendo en vida y en silencio,
muriendo de amor.

Porque a todos,
nos llegara ese momento,
que  uno de los dos se valla
y entonces que pasara….

Mejor no pensarlo y vivir,
cada instante,
con la misma intensidad
que si fuera el primero,

Y el día que suceda,
afrontarlo con la suficiente valentía,
de haber vivido un amor verdadero,
aunque nos estemos muriendo,
en vida por dentro,
como el abuelo.


Mª Amparo@todos los derechos reservados




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