Mi rosa
Un día plante un rosal,
y nacieron lindas rosas,
pero destacaba una,
que era la más hermosa.
La cuidaba tiernamente,
pero un día la olvide,
la rosa se marchito,
ni su aroma me quedo.
La guarde dentro de un libro,
un día quise sacarla,
y volverla a contemplar.
La rosa ya estaba seca,
sus pétalos no olían ya,
se rompía entre mis manos,
no la supe valorar.
Yo ya no cuido mas rosas,
ni planto ningún rosal,
pues jugué a ser jardinera,
pero no supe jugar.
El oficio hay que dejarlo,
a quien sepa trabajar,
y tenga amor suficiente,
para saberla cuidar.
Reflexión:
La amistad es algo que hay que saber cuidar día a día si queremos seguir manteniéndola viva.
Muchas veces nos olvidamos de la importancia que eso tiene, simplemente un cambio de ciudad unido con el stress diario es motivo más que suficiente para que una relación de amistad se enfrié, eso no quiere decir que olvides, simplemente que no le prestes toda la atención necesaria y quizá cuando te des cuenta, esa relación se deteriore, y cuando quieras volver a retomarla sea demasiado tarde.
Por eso la amistad estés cerca o estés lejos hay que cuidarla día a día, para que así sea una amistad infinita.
Este poema es una metáfora de esa amistad entre los humanos, solo que yo lo transforme en lindas rosas, que un día una en concreto se marchito.
| ISBN | 978-1-907013-63-8 |
|---|---|
| Copyright | Mª Amparo Fita González |
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