lunes, 16 de diciembre de 2013

Dos barcas a la deriba









Dos barcas a la deriva


Se encontraron,
como dos barcas solitarias y perdidas,
clavadas,
en la arena a la orilla de la mar,
habiendo perdido su rumbo y sin saber,
que camino escoger.

El la invito a subir a la suya y ella,
se elevó,
dejando al azar su destino,
para hacerse compañía mutua y así,
comenzar de nuevo esa dura travesía,
dejando al azar sus vidas.

Sintieron una atracción mutua,
donde las miradas,
hablaban solas,
sin necesidad de las palabras.

Tal vez fue,
amor a primera vista,
ese amor que pocos creen en él,
pero que existe,
hasta el punto de robarle su cuerpo,
para hacerla suya,
siendo testigo,
el amanecer de una noche de verano.

Su historia es,
como un lienzo en blanco,
al cual tienes que empezar a dibujar,
con los colores que te dicta el corazón.

Cielo silencioso,
sensibilidad bella y tentadora,
donde iba marcando cada trazo profundo,
rodeado de pasión y donde,
el siente su existir,
inspirándose en su cuerpo,
ante el misterio de la alborada,
que los envuelve.

Siempre intuyo,
que algún día la encontraría,
de forma inesperada,
iluminando su alma oscura,
que andaba entre tinieblas a la bruma,
de sus largas noches de amarga soledad.

Ahora sin ella,
su corazón se sentiría desnudo,
despojado,
de sus ropajes mas preciados,
que es su amor.

Supo embrujar sus sentidos y ahora,
intentaran seguir su camino,
amándose siempre,
para formar un futuro y olvidarse,
que un día fueron dos botes vacíos y solitarios,
los cuales habían perdido el rumbo de la vida.


Mª Amparo@todos los derechos reservados.

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