domingo, 28 de julio de 2013

La muerte









La muerte

Me acompañas en mi andadura,
sigilosa y callada,
paciente y sosegada,
pálida como una rosa marchita.

Sé que sigues mi pasos,
te da igual que camine,
por un terreno llano o con obstáculos,
tu siempre fiel y escondida,
sabiendo que algún día,
me has de sorprender.

No te temo,
porque temerte,
seria mi desesperación,
tan solo de pensar,
en ese encuentro.

Se,
que con todos los que has estado,
han callado para siempre,
sin poderme contar ni siquiera,
como vistes.

Ricos,
pobres,
para ti todos somos iguales,
no haces distinciones,
porque haya donde nos lleves,
no nos hace falta el dinero.

En el momento que decidas asomar,
no quiero que te muestres poco a poco,
ven de golpe,
para que no me dé tiempo a pensar,
que vienes a convertirme,
en una sombra como tú.

Así para mí,
será como antes de nacer,
porque morir es eso,
no haber nacido,
nada recordabas,
antes de llegar a este mundo y nada,
recordaras.

Dicen que el alma,
se mantiene con vida y que,
ya no tiene tu presencia,
porque ya no te necesita.

Aún no he cruzado con ninguna,
el día que la perciba con mis ojos,
empezare a creer en aquello que no veo,
mientras tanto me he de conformar,
con creer,
en algo que he de mantener vivo.
" La vida "

Y que tú,
sigas escondida junto a mí,
los suficientes años,
para que quizá,
si en algún momento,
no me puedo valer por sí sola,
sea yo quien te llame.

Mª Amparo@todos los derechos reservados.



No hay comentarios:

Publicar un comentario